Así es la vida «real» a bordo de un superyate

Princess Yachts se aleja de los clichés de los navíos de lujo para reflejar cómo es la existencia a bordo en uno de sus yates más laureados. La industria de los superyates no se caracteriza por divulgar a diestro y siniestro sus creaciones. Y los astilleros que deciden dañar el hermetismo y evidenciar alguno de sus yates lo hacen repitiendo hasta la saciedad los canones más comunes, esto es, mujeres en bikini paseando por la cubierta, jacuzzis con champán y fiestas nocturnas.

Precisamente, la compañía británica Princess Yachts está recibiendo buenas dosis de elogios por el vídeo que ha mostrado hace poco de su saga M Class. Más allá de la exquisita técnica de grabación llevada a cabo por Craft Films, el vídeo está llamando la atención por su sencilla puesta de escena: una familia de tres generaciones disfrutando a bordo de todos las estancias del M35 con tripulación, cuidando hasta el más mínimo detalle. El vídeo, grabado en las costas de Mallorca, crea una sensación de balanceo continuo para ofrecer un paso natural por toda la extensión de la nave, desde las cubiertas hasta la sala de máquinas, el puente de mandos o los camarotes. Es «la historia de una familia real disfrutando juntos de tiempo de calidad a bordo de su yate en Mallorca», sumario desde Princess Yachts.

El Princess M35 que aparece en las imágenes es uno de los prototipos más premiados del astillero en los últimos tiempos. Con sus 35,15 metros de eslora por 7,3 de manga y 2,11 de calado, el yate es capaz de rebasar los 25 nudos de velocidad máxima debido a dos propulsores Mtu 16v de 2.600 Cv cada uno y a pesar de tener un desplazamiento de 350 toneladas. Más que por las prestaciones, el éxito del yate llegó por su equilibrio entre el exterior y el interior. El M35 comienza a deleitar desde sus sugerentes líneas exteriores, donde los diseñadores y arquitectos navales lograron incorporar varias zonas eficaces para el recreo de los pasajeros. Por su parte, el estilo interior es calificado de «coetáneo atemporal», en otras palabras, lejos tanto de la pomposa ornamentación clásica como de las apuestas más futuristas que acabando cruzando el límite de la singularidad.

Con dicha filosofía, el M35 (en concreto la primera unidad construida, botada como Antheya Iii) logró el célebre premio Boat International’s World Superyacht Awards de 2016 en la categoría yate de semidesplazamiento con dos cubiertas.